Asturias tiene mucha ganadería y poco espacio para dar salida a los residuos de sus animales, mientras que Burgos tiene mucha superficie cultivada con cereal y pocas explotaciones de las que obtener estiércol suficiente para abonar las miles de hectáreas de las que cada año se sacan toneladas de paja. Esas son las premisas que explican por qué tres hermanos agricultores de Quintanadueñas están esperando la inminente llegada de un camión con desechos secos de oveja y cabra procedentes de Cabrales. Camión que, una vez descargado, volverá al Principado con una centésima parte de la producción anual de paja a la que los hermanos Martínez González no pueden dar salida. 

«Intercambios de este tipo se han hecho toda la vida, no es nada nuevo, pero aquí ahora hay poca ganadería y en Asturias, en cambio, tienen un problema con los estiércoles», explica David Martínez, el portavoz de los hermanos. Su padre, de hecho, solía hacerse cargo de los residuos de una granja de conejos próxima, pero la explotación cerró hace unos años y con ella esa posibilidad. Hasta que un conocido les puso en contacto con un productor de leche establecido dentro de la denominación de origen del queso de Cabrales e interesado en comprar forraje de Castilla. Se trataba de Juan José Fernández, el propietario de 400 ovejas y cabras que cada año generan toneladas de excrementos a los que el ganadero no sabe cómo dar salida. 

 

Se supone que el Principado dispone de un sistema de recogida y destrucción de excrementos, pero Fernández afirma estar «cansado de criticar» las deficiencias de un servicio que, según sus palabras, no acude con toda la regularidad que debiera a recoger los desechos. Entonces, se acumulan en las explotaciones y él ha decidido buscar una solución por su cuenta. «Les compré alfalfa de secano a los tres hermanos y llegué al acuerdo de enviarles estiércol seco de mis ovejas y cabras a cambio de paja», explica Fernández, destacando que «entre sectores hay que llevarse bien». 

 

Fuente: Diario de Burgos