Los chinos quieren que sus vacas produzcan más leche y de mejor calidad, así que buscan por todo el mundo la mejor alimentación. Una situación que ha aprovechado España para convertirse en pocos meses en el segundo proveedor del país asiático de alfalfa deshidratada con 33 empresas homologadas para exportar este producto a China, cinco de ellas ubicadas en Castilla y León.

La calidad en proteínas, fibras y minerales para el ganado vacuno, así como unos costes logísticos muy asequibles han llevado a estas industrias situadas en las provincias de Palencia y Valladolid a convertir el país asiático en el segundo destino del forraje que tratan en sus plantas deshidratadoras, llegando en algunos casos a suponer hasta el cincuenta por ciento de la producción total prevista para este año.

Además, la situación actual de devaluación del euro frente al dólar también beneficia a las empresas españolas frente a las americanas, ya que los chinos están dispuestos a pagar la alfalfa a un precio mucho más alto del fijado en el mercado español, incluso de hasta 40 euros más por tonelada, según la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada (AEFA).

Las relaciones comerciales entre España y China para la comercialización de alfalfa deshidratada comenzaron en julio de 2014, aunque en enero de este año se ampliaron el número de industrias autorizadas por el Gobierno del país asiático. «Los chinos buscan una alfalfa de la mejor calidad y eso lo han encontrado en España por el proceso de deshidratación que se sigue», explicó Felipe González, gerente de Cofocyl, empresa ubicada en Santervás de Campos (Valladolid) y una de las cinco autorizadas en Castilla y León. El responsable detalló que el producto que adquieren en Estados Unidos no sigue este sistema que logra que sea más homogéneo y estable, además de garantizar una larga conservación que impide las posibles fermentaciones.

Según González, ya hay ganaderos chinos que han detectado un aumento en la producción de sus vacas desde que consumen alfalfa española. En el caso de Cofocyl, ya han realizado tres envíos a China (en enero, marzo y mayo), lo que ha supuesto unas 8.000 toneladas, aproximadamente un 40 por ciento de su producción anual.

«La experiencia ha sido muy positiva porque quieren una alfalfa de alta calidad, aunque los controles sanitarios y administrativos son muy rigurosos», aseguró González, que confía en que el consumo del mercado asiático se eleve e incluso supere a la producción española.

Desde su punto de vista, la logística es una de las ventajas de las empresas españolas, ya que aprovechan los contenedores que llegan a los puertos de Valencia y Barcelona cargado con todo tipo de artículos ‘low cost’ para que regresen a China llenos de pacas. 

Una situación similar relató Rafael Rubio, gerente de la empresa Forrajes y Proteínas de Villalar de los Comuneros (Valladolid). Ellos enviaron la primera carga a China el año pasado con 500 toneladas, mientras que en 2015 se alcanzarán las 15.000. «Y la previsión es que las exportaciones al país asiático supongan el cincuenta por ciento de la producción de esta empresa», destacó.

«Es un mercado muy exigente y riguroso, y lógicamente es muy interesante para las empresas de la región», señaló Rubio, que añadió que «los chinos están muy interesados en la alfalfa española, ya que es la segunda productora a nivel mundial y la que cuenta con más calidad».

 

Estas buenas perspectivas pueden repercutir a largo plazo en el crecimiento de estas empresas castellano y leonesas, donde reconocen que si se cumplen las previsiones de exportaciones repercutirá tanto en la superficie que se siembra como en los empleos que generan las plantas deshidratadoras.

De momento, los Emiratos Árabes se mantienen como el principal importador de alfalfa, ya que cada año llegan a este país 700.000 toneladas procedentes de toda España, mientras que las previsiones de AEFA apuntan a que este año China recibirá unas 300.000 toneladas de forraje español.

Según los datos facilitados por la asociación, durante la campaña 2014-2015, la producción de alfalfa deshidratada en Castilla y León superó las 137.000 toneladas, por detrás de Aragón con 813.000 y Cataluña con 332.000 toneladas.